felicidad laboral

¿Eres infeliz en el trabajo? Ésta es la solución.

¿Te cuesta mucho madrugar y levantarte para ir a trabajar? ¿Preferirías poder quedarte en la cama todo el día? ¿Te molesta cuando te piden nuevas tareas? Si contestaste que sí por lo menos a una de estas preguntas, quiere decir que tu trabajo no te satisface.

Existen muchos motivos que pueden contribuir al sentimiento negativo que te genera tu trabajo, pero tenemos algunos trucos para esquivar los más comunes y que recuperes tu sonrisa.

Te saturan con tareas y nuevas entregas... 

Pero nunca reconocen tu trabajo. Sabemos que más que el exceso de trabajo, la molestia es porque no se reconoce el esfuerzo y trabajo, al contrario, se siente una retroalimentación negativa por parte del jefe o los colaboradores.

La solución es tan sencilla como hablar con los jefes directamente y exponerles la situación, de esta manera ellos tendrán o deberían comenzar a reconocer adecuadamente los logros del equipo.

Pierdes mucho tiempo valioso en reuniones inútiles...

Mientras la bandeja de entrada del correo electrónico sigue acumulando nuevos pendientes. Hay muchos tiempos muertos que nos se aprovechan para capitalizar los recursos humanos de la empresa, ¿de verdad necesitan sentarse tantas horas a la semana en reuniones absurdas?

Claro que existen reuniones importantes, pero muchos de los asuntos pueden resolverse rápidamente sin la necesidad de estar en una sala de juntas por largos periodos de tiempo. Para acortar estos tiempos, es recomendable pedir al equipo que vayan preparados con lo que se platicará en la junta para avanzar más efectivamente.

No tienes las herramientas adecuadas para crecer laboralmente.

Si la empresa no le proporciona los recursos apropiados a los colaboradores para prosperar, indudablemente llegará un sentimiento de frustración e incapacidad.

Lo que debes hacer es identificar las herramientas que crees necesarias para alcanzar los objetivos e informarlo a la empresa explicando los motivos y de ser posible sustentarlo con datos duros de los resultados esperados.

Tu jefe quiere revisar y autorizar todas y cada una de las tareas que desarrollas.

Esta práctica es común y se llama “micromanaging”, que provoca que los empleados no tomen decisiones propias de su puesto y destruye por completo la proactividad.

Combátela demostrándole a tu jefe que sabes lo que haces y que puede confiar en que cuando le entregues los resultados, podrá despreocuparse por ese tema. Comienza compartiendo con él sólo los progresos más importantes del trabajo y poco a poco ganarás su confianza.